Los Ataques del 11 de Septiembre: El Relato desde los Aviones Secuestrados
El 11 de septiembre de 2001, un día que marcó la historia, suele estar relacionado con las ciudades de Nueva York y Washington. Sin embargo, los eventos de ese día comenzaron mucho antes, específicamente en Boston, donde se originaron los vuelos secuestrados.
A las 7:59 a.m., el vuelo 11 de American Airlines despegó del Aeropuerto Internacional de Logan en Boston con destino a Los Ángeles. Este Boeing 767 llevaba a 81 pasajeros, 11 tripulantes y, entre ellos, 5 atacantes. A las 8:14 a.m., solo 15 minutos después, despegó el vuelo 175 de United Airlines, también con destino a Los Ángeles, con 56 pasajeros y 5 secuestradores a bordo.
Poco después del despegue, el vuelo 11 fue secuestrado mientras volaba sobre Massachusetts. A las 8:19 a.m., la asistente de vuelo Betty Ong contactó al personal de American Airlines informando que sospechaba del secuestro. El primer ataque violento ocurrió cuando Daniel M. Lewin, un exmiembro de las fuerzas armadas israelíes, fue asesinado tras intentar detener a los secuestradores. Lewin se convirtió en la primera víctima mortal de los atentados.
Mientras tanto, el vuelo 77 de American Airlines despegaba desde Washington a las 8:20 a.m.. Otro avión, el vuelo 93 de United Airlines, despegó con un retraso significativo de 42 minutos desde Newark a las 8:42 a.m., con destino a San Francisco. Cada uno de estos vuelos estaba controlado por terroristas con el mismo objetivo: impactar contra puntos estratégicos en los Estados Unidos.
A las 8:46 a.m., el vuelo 11 se estrelló contra la Torre Norte del World Trade Center, causando una devastación inmediata. A continuación, el vuelo 175 impactó la Torre Sur a las 9:03 a.m., ante la mirada atónita del mundo, que seguía los eventos en vivo por televisión. Minutos más tarde, el vuelo 77 se estrelló contra el Pentágono a las 9:37 a.m., mientras que el vuelo 93, tras una heroica revuelta por parte de los pasajeros, terminó estrellándose en un campo en Pensilvania a las 10:03 a.m., frustrando el plan de los terroristas de atacar otro importante edificio, posiblemente el Capitolio de los Estados Unidos.
Estos ataques cambiaron para siempre las políticas de seguridad aérea y el control del terrorismo internacional. Los pasajeros del vuelo 93, quienes lucharon por recuperar el control del avión, son recordados como héroes. Este acto valiente evitó una mayor tragedia y se convirtió en símbolo de la resistencia civil ante el terrorismo.
En resumen, los ataques del 11 de septiembre se convirtieron en uno de los eventos más trágicos y transformadores del siglo XXI. La valentía de quienes estuvieron en los aviones, así como las vidas perdidas, dejaron una huella indeleble en la historia de los Estados Unidos y del mundo.