Evo Morales, expresidente de Bolivia y líder del Movimiento al Socialismo (MAS), ha declarado recientemente que fue víctima de lo que él describe como un intento de magnicidio. Según Morales, el atentado fue presuntamente orquestado por el gobierno de Luis Arce, quien actualmente ocupa la presidencia de Bolivia. En sus declaraciones, Morales aseguró que su vida y la de sus compañeros estaban en peligro, al punto de haber tenido que cambiar de vehículo durante el ataque. El expresidente sostuvo que este incidente evidencia un plan estructurado para eliminarlo.
Según las palabras de Morales, el incidente ocurrió cuando él y su equipo transitaban por una carretera. Durante el trayecto, recibieron disparos que impactaron en la llanta de su vehículo, obligándolos a cambiar rápidamente de automóvil. «Casi nos alcanzan los disparos», relató Morales, enfatizando el peligro que enfrentó y la tensión que se vivió al tratar de ponerse a salvo.
Morales afirma que el ataque no fue un simple accidente, sino un intento claro de eliminar al líder del MAS. Esta afirmación la basó en supuestas llamadas telefónicas que recibió de militares y otros contactos oficiales, quienes, según él, le confirmaron la existencia de un plan en su contra. Además, Morales aseguró que tras el regreso de Arce de Rusia, se habrían reunido varios ministros del gobierno boliviano para discutir medidas contra él. «El objetivo es eliminar al Evo; sólo eliminando a Evo podrán erradicar al MAS», sostuvo el expresidente en su denuncia pública.
Para Morales, este intento de magnicidio no solo busca acabar con su vida, sino también debilitar al MAS y su poder en el contexto político boliviano. Sus declaraciones han causado un fuerte impacto, reavivando la controversia en torno a la relación política y personal entre él y el presidente Luis Arce, con quien compartió una alianza en el pasado.
En conclusión, Evo Morales asegura que este atentado forma parte de una campaña organizada desde el Gobierno de Arce para eliminarlo y acabar con la influencia del MAS en el país. Sin embargo, algunas fuentes y medios han señalado que este podría ser un autoatentado, insinuación que Morales calificó de «falsa» y sin ética. La situación, de momento, continúa siendo un tema de controversia en Bolivia, con implicaciones profundas en el ámbito político y en el futuro del MAS en el país.