Más de 8,700 millones de dólares de fondos previsionales bolivianos fueron destinados al financiamiento del Gobierno
Un reciente informe de la Autoridad de Fiscalización y Control de Pensiones ha revelado una cifra alarmante sobre el destino de los fondos previsionales en Bolivia. Según el reporte, hasta marzo de 2025, el Fondo Administrado por la gestora pública alcanzó un total de 28,224 millones de dólares, provenientes de los aportes de los bolivianos. De esta suma, más de 8,700 millones de dólares fueron destinados a financiar al gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) a través de la compra de bonos emitidos por el Tesoro General de la Nación (TGN).
Este informe ha desatado un debate en torno a la transparencia y el manejo de los recursos de los trabajadores. Según los datos, aproximadamente el 32,5% de los fondos de la gestora pública se destinó a la compra de bonos del Estado, lo que ha generado preocupación en sectores de la sociedad que cuestionan la acumulación de deuda pública y el uso de recursos de los ciudadanos para financiar las actividades del gobierno.
La gestora pública, por su parte, ha respondido a estas críticas indicando que, hasta el 25 de agosto de este año, los fondos de pensiones alcanzaban los 28,600 millones de dólares. De esta cantidad, el 35% está invertido en instrumentos estatales, mientras que el 65% restante se destina a otros sectores, incluidos los depósitos a plazo fijo en bancos nacionales y activos internacionales. La gestora ha asegurado que el Estado ha cumplido con el pago de capital e intereses de los títulos valores emitidos, lo que ha permitido que la inversión en estos bonos se mantenga segura.
Sin embargo, lo que preocupa a muchos es que, aunque es común que los fondos de pensiones se inviertan en diversas instituciones, tanto públicas como privadas, las altas cifras dedicadas al Estado son inusuales. El 49% de los fondos de la gestora se encuentran actualmente en depósitos a plazo fijo en bancos nacionales, mientras que solo el 2,65% está invertido en el extranjero, lo que también genera inquietud sobre la diversificación de los recursos.
Este uso de los fondos previsionales para financiar al gobierno ha sido un tema recurrente de debate en Bolivia. Si bien es cierto que los fondos se destinan a instrumentos financieros que generan intereses, la dependencia de la gestora pública del Estado para generar esos ingresos plantea interrogantes sobre la sostenibilidad y la independencia del sistema de pensiones en el futuro.
El destino de los fondos de pensiones siempre ha sido un tema sensible en Bolivia, dado su impacto directo en el bienestar de los trabajadores. En un contexto económico complejo, los ciudadanos esperan que los recursos sean gestionados de manera eficiente y transparente, sin que el sistema se convierta en una herramienta para financiar los déficits fiscales del gobierno. La polémica está servida, y la sociedad boliviana está atenta a cómo se manejarán estos fondos en los próximos años.