Oruro se declara en desastre departamental por inundaciones y busca ayuda internacional

El gobernador de Oruro, Johnny Vedia, promulgó el miércoles una ley que declara a la región en situación de desastre departamental debido a las devastadoras inundaciones que han afectado varios municipios de este departamento del occidente boliviano. La medida fue tomada después de que la Asamblea Legislativa Departamental aprobara la normativa, la cual tendrá una vigencia de nueve meses.
Vedia explicó que la ley permitirá gestionar recursos económicos tanto a nivel nacional como internacional para brindar asistencia a los pobladores damnificados. “Esta ley nos permite gestionar, a nivel nacional e internacional, recursos económicos o ayuda pertinente para los pobladores damnificados”, destacó el gobernador.
Oruro es uno de los nueve departamentos de Bolivia que ha sido severamente afectado por las tormentas torrenciales que iniciaron en noviembre de 2024 y que han dejado un saldo trágico. Hasta la fecha, 51 personas han perdido la vida debido a las inundaciones, y ocho más continúan desaparecidas en distintas regiones del país. La magnitud de la emergencia también ha afectado a 209 municipios y ha dejado a 378,885 familias entre afectadas y damnificadas. Además, 818 viviendas han quedado totalmente destruidas por las aguas, lo que agrava aún más la crisis humanitaria.
Frente a este panorama, el presidente de Bolivia, Luis Arce, declaró a Bolivia en situación de emergencia nacional el mismo día de la promulgación de la ley en Oruro, como parte de los esfuerzos por mitigar los efectos de las inundaciones y coordinar una respuesta más rápida y eficiente.
Esta emergencia no solo ha afectado la infraestructura y la vida de miles de bolivianos, sino que también ha puesto en evidencia la urgente necesidad de coordinar esfuerzos entre las autoridades locales, nacionales e internacionales para brindar asistencia a los damnificados y reconstruir las zonas afectadas. La situación sigue siendo grave, y se espera que las próximas semanas sean clave para poder contener el impacto de las lluvias y las inundaciones que aún persisten en varias regiones del país.