Trump desafía a Disney con el fin de las políticas de inclusión en el entretenimiento

En un giro inesperado en la arena política y empresarial de Estados Unidos, Donald Trump ha lanzado un ataque directo contra Disney, el gigante del entretenimiento mundial, acusándolo de implementar políticas que, según él, fomentan la discriminación. La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) del gobierno de Trump ha iniciado una investigación contra Disney, centrándose en las prácticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) que la compañía está llevando a cabo en sus procesos de contratación.
La controversia comenzó cuando Trump, al iniciar su mandato, firmó una orden ejecutiva que buscaba poner fin a estos programas DEI, argumentando que, en lugar de promover la inclusión, estaban generando divisiones y favoreciendo a grupos específicos de personas en detrimento de otros. Para Trump, las políticas de inclusión no solo son radicales sino también derrochadoras y discriminatorias.
Esta investigación se lleva a cabo en un momento particularmente sensible, ya que Disney acaba de estrenar su nueva película de acción en vivo, Blancanieves, que presenta una interpretación de la famosa princesa por parte de Rachel Zegler, una actriz de origen latino. Este cambio ha encendido un nuevo debate, pues la versión original de Blancanieves, creada en 1937, describe a la princesa con características físicas específicas, como piel blanca como la nieve, labios rojos como una rosa y cabello negro como el ébano. Este casting ha generado una fuerte polémica, especialmente entre aquellos que consideran que Disney está alejándose de los clásicos y de la representación tradicional en sus producciones.
No es la primera vez que una elección de reparto de Disney provoca controversia. Recordemos el escándalo que se desató con la película La Sirenita el año pasado, donde Halle Bailey, una actriz de piel oscura, fue elegida para interpretar a la icónica sirena Ariel. Este casting también fue recibido con críticas de algunos sectores que consideraban que Disney estaba desvirtuando los personajes clásicos.
En medio de todo esto, Bob Iger, el CEO de Disney, ha intentado aclarar la postura de la empresa, afirmando que su principal objetivo es entretenimiento y que están buscando llegar a una audiencia más diversa. Sin embargo, tras las intensas críticas, Iger ha anunciado que Disney comenzará a enfocarse más en los resultados comerciales, sugiriendo que los tiempos de experimentar con personajes y temas inclusivos podrían estar llegando a su fin.
Este giro en la estrategia de Disney, impulsado por las presiones políticas y sociales, refleja una batalla mucho más grande entre las políticas progresistas de inclusión y la crítica conservadora que denuncia su excesiva influencia en la cultura popular. Mientras tanto, el debate sobre el futuro de Disney, las políticas de inclusión y el entretenimiento sigue siendo uno de los temas más discutidos en Estados Unidos, especialmente entre los jóvenes, quienes, en su mayoría, apoyan la diversidad en el cine y la televisión.
Este conflicto entre Trump y Disney no solo tiene implicaciones políticas, sino también culturales, y es probable que marque un punto de inflexión en la forma en que las empresas de entretenimiento abordan los temas de diversidad, equidad e inclusión en sus producciones. ¿Será este el fin de las políticas de inclusión en Hollywood o simplemente una nueva etapa de adaptaciones más comercialmente viables? Solo el tiempo lo dirá.