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Bolivia aún no tiene asegurado un sistema de conteo rápido de votos para sus Elecciones

Bolivia se encuentra a solo unos meses de las elecciones presidenciales y, a pesar de las preocupaciones que se han generado durante años sobre el proceso electoral, aún no tiene un sistema de conteo rápido de votos asegurado. Los ciudadanos bolivianos exigen una transparencia total y resultados confiables en la misma noche de las elecciones, pero los problemas en la implementación del sistema siguen siendo una preocupación para muchos.

El TRÉP (Transmisión de Resultados Electorales Preliminares) es el método utilizado en muchos países para conocer los resultados preliminares en tiempo real, basándose en fotografías de las actas de los recintos electorales que se suben a una aplicación móvil. Este sistema permite, en países con un conteo rápido efectivo, conocer más del 90% de los resultados la misma noche de los comicios. Sin embargo, Bolivia aún no ha logrado consolidar un sistema de conteo rápido eficiente que garantice resultados confiables.

La última vez que Bolivia utilizó el TRÉP fue en 2019. En esa ocasión, el sistema se paralizó cuando ya se habían contabilizado el 83.76% de los votos, lo que dio como resultado un supuesto fraude electoral que originó protestas masivas en todo el país. Las manifestaciones terminaron con la renuncia del entonces presidente Evo Morales, quien huyó a México, dejando un vacío de poder que llevó a Yanine Áñez a asumir como presidenta interina. Las protestas y la presión internacional sobre el fraude resultaron en la convocatoria a nuevas elecciones.

En los comicios de octubre de 2020, Bolivia había planeado reemplazar el TRÉP con el DIREPRE, otro sistema de conteo rápido. Sin embargo, una noche antes de las elecciones, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) suspendió su uso por no contar con las garantías necesarias de que funcionaría correctamente, optando finalmente por el sistema tradicional de cómputo, que puede tardar hasta 7 días en ofrecer resultados definitivos. Esta demora generó aún más desconfianza entre los ciudadanos y los observadores internacionales.

En cuanto a los comicios de este año, la exvocal del TSE, Dunia Sandoval, instó al presidente del TSE a priorizar el conteo rápido de votos. Aunque los vocales del TSE han mostrado predisposición a implementar el sistema, aún existe una importante barrera financiera. El costo total de las elecciones de 2025 se estima en 319 millones de bolivianos, pero se necesita una inversión de 10 millones de dólares adicionales para asegurar el buen funcionamiento de un conteo rápido.

Este 17 de febrero, el TSE organizará un encuentro político nacional para discutir el tema. La falta de un sistema de conteo rápido afectaría directamente la transparencia electoral y podría generar desconfianza en la ciudadanía, lo que aumentaría el riesgo de conflictos sociales. Los bolivianos exigen que, como sucede en la mayoría de los países democráticos vecinos, los resultados sean conocidos la misma noche. La democracia en Bolivia sigue siendo puesta a prueba, y el sistema electoral necesita evolucionar para asegurar la paz y la confianza de la población.

Este escenario no solo subraya la importancia de la transparencia electoral, sino que también pone en evidencia los retos que enfrenta Bolivia para consolidarse como una democracia plena en América Latina.

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