Alberto Fujimori, el expresidente de Perú, fallece a los 86 años. Este controversial líder político dejó una marca profunda en la historia reciente de su país. Fujimori es recordado tanto por su lucha contra el terrorismo como por su autoritarismo y corrupción. En este artículo, exploramos los hitos más importantes de su vida, destacando por qué fue odiado y amado a la vez.
Hijo de inmigrantes japoneses, Fujimori pasó del anonimato al escenario político en 1989. De profesor de matemáticas a presidente de Perú, venció en su primera postulación al conocido escritor Mario Vargas Llosa, quien años después recibiría el Premio Nobel de Literatura. Durante su campaña, Fujimori se presentó como un hombre del pueblo, incluso montado en un tractor, lo que contrastaba con el estilo de sus competidores.
Ya en el poder, Fujimori controló la hiperinflación y enfrentó el narcotráfico, además de liderar una campaña exitosa contra los grupos insurgentes en Perú. Su mayor logro fue la captura de Abimael Guzmán, líder del grupo maoísta Sendero Luminoso, quien fue responsable de miles de muertes en el país. Fujimori exhibió a Guzmán en los medios, enjaulado y vestido como presidiario, lo que fue una clara señal de su éxito en la lucha contra el terrorismo.
Otro momento clave fue el rescate de los 72 rehenes en la residencia del embajador japonés, quienes fueron secuestrados por el grupo terrorista Movimiento Revolucionario Túpac Amaru. El operativo, que incluyó la excavación de túneles bajo la residencia, fue aclamado como un éxito militar.
Sin embargo, el legado de Fujimori no está exento de sombras. En 1992, dio un autogolpe de Estado con el apoyo del ejército, lo que consolidó su estilo de gobierno autoritario. Además, actos de corrupción y abusos de derechos humanos mancharon sus años de mandato. Tras dos gestiones completas y un intento de un tercer periodo, su gobierno colapsó cuando se revelaron videos de su jefe de inteligencia, Vladimiro Montesinos, sobornando a un congresista.
En el año 2000, Fujimori huyó a Japón y desde allí renunció por fax, aunque el congreso peruano lo destituyó oficialmente y lo declaró moralmente incapacitado. Posteriormente, fue arrestado en Chile y extraditado a Perú, donde cumplió 15 años de prisión por violaciones a los derechos humanos, entre otros delitos.
En 2023, fue liberado debido a problemas de salud, pero su deterioro físico no le permitió vivir mucho tiempo más. Tras una larga lucha contra el cáncer, Fujimori falleció, dejando un legado dividido entre quienes lo ven como un héroe que salvó a Perú del terrorismo y quienes lo recuerdan como un dictador.