El precio del litio ha experimentado una caída significativa a nivel global, descendiendo de $80,000 a $10,000 por tonelada. En este artículo, exploraremos las causas de esta drástica disminución y sus implicaciones para el mercado global de litio.
El litio, un recurso esencial para la fabricación de baterías, especialmente en vehículos eléctricos, hoy se cotiza a $10,483 por tonelada. Esta cifra es menos de un tercio de su valor hace un año y está muy por debajo del pico alcanzado en 2022, cuando llegó a $80,900 por tonelada. La pregunta que surge es: ¿por qué ha ocurrido esta caída?
Según el presidente de Arcadium Lithium, la principal razón es la sobreoferta global de litio. El investigador boliviano Pablo Poveda también atribuye esta situación a las políticas de China. Después de la pandemia, China impulsó subsidios para la compra de autos eléctricos, lo que provocó un aumento en la demanda de litio. Sin embargo, estos subsidios se han reducido, y la producción de vehículos eléctricos se ha ralentizado, llevando a una disminución en la demanda de litio.
Además, a pesar de la prioridad de la transición a vehículos eléctricos, esta se está produciendo a un ritmo más lento de lo esperado. La industria automotriz aún está en una fase de transición lenta, lo que contribuye a la disminución de la demanda de litio.
Bolivia, que posee las mayores reservas de litio en el Salar de Uyuni, enfrenta un desafío adicional. Aunque tiene un potencial enorme, sus exportaciones de litio son significativamente bajas en comparación con sus vecinos. Según el Banco Central de Chile, las exportaciones chilenas de carbonato de litio alcanzaron los 298 millones de dólares solo en abril de este año. En contraste, la Dirección de Economía Minera de Argentina reporta exportaciones por 46 millones de dólares en el mismo mes. Bolivia, según el Instituto Nacional de Estadística, solo logró 14 millones de dólares en exportaciones durante todo el año 2023. Aún más preocupante, en los primeros cuatro meses de 2024, no se registraron exportaciones.
La presidenta ejecutiva de YLB, Carla Calderón, ha señalado que la baja producción puede ser atribuida a una mala planificación y un inadecuado manejo de las piscinas industriales de evaporación entre 2013 y 2017. Actualmente, la industria en Bolivia opera a solo el 30% de su capacidad de producción, lo que subraya los retos que enfrenta el país para capitalizar su abundante recurso de litio.
